Fe que no se rinde
Reflexión diaria inspirada en las lecturas del 17 de noviembre 2025:
Cómo mantener la fe cuando todo parece en contra.
A veces, lo más difícil de la fe no es creer en Dios, sino seguir buscándolo aun cuando sentimos que nadie nos apoya, o cuando parece que Él tarda en responder.
Susurros al olivar
“Aunque el mundo quiera silenciarte — sigue creyendo, sigue llamando. Jesús te escucha.”
Las lecturas del 17 de noviembre 2025:
1 Macabeos 1:10-15, 41-43, 54-57,62-63
10De ellos brotó un vástago perverso, Antíoco Epífanes, hijo del rey Antíoco. Había estado en Roma como rehén y subió al trono el año ciento treinta y siete de la era seléucida. 11Por entonces surgieron en Israel hijos apóstatas que convencieron a muchos: «Vayamos y pactemos con las naciones vecinas, pues desde que nos hemos aislado de ellas nos han venido muchas desgracias». 12Les gustó la propuesta 13y algunos del pueblo decidieron acudir al rey. El rey les autorizó a adoptar la legislación pagana; y entonces, acomodándose a las costumbres de los gentiles, 14construyeron en Jerusalén un gimnasio, 15disimularon la circuncisión, apostataron de la alianza santa, se asociaron a los gentiles y se vendieron para hacer el mal.
41El rey decretó la unidad nacional para todos los súbditos de su reino, 42obligando a cada uno a abandonar la legislación propia. Todas las naciones acataron la orden del rey 43e incluso muchos israelitas adoptaron la religión oficial: ofrecieron sacrificios a los ídolos y profanaron el sábado.
54El día quince de casleu del año ciento cuarenta y cinco, el rey Antíoco mandó poner sobre el altar de los holocaustos la abominación de la desolación; y fueron poniendo aras por todas las poblaciones judías del contorno. 55Quemaban incienso ante las puertas de las casas y en las plazas. 56Rasgaban y echaban al fuego los libros de la ley que encontraban; 57al que le descubrían en casa un libro de la Alianza, y a quien vivía de acuerdo con la ley, lo ajusticiaban según el decreto real.
62Pero hubo muchos israelitas que resistieron, haciendo el firme propósito de no comer alimentos impuros. 63Prefirieron la muerte antes que contaminarse con aquellos alimentos y profanar la Alianza santa. Y murieron.
Las citas bíblicas se basan en la traducción oficial de la Conferencia Episcopal Española.
Salmos 119(118):53, 61, 134, 150, 155, 158
53sentí indignación ante los malvados, | que abandonan tu ley;
61los lazos de los malvados me envuelven, | pero no olvido tu ley;
134líbrame de la opresión de los hombres, | y guardaré tus mandatos.
150ya se acercan mis inicuos perseguidores, | están lejos de tu ley.
155la salvación está lejos de los malvados | que no buscan tus decretos.
158viendo a los renegados, sentía asco, | porque no guardan tus palabras.
Las citas bíblicas se basan en la traducción oficial de la Conferencia Episcopal Española.
Lucas 18:35-43
35Cuando se acercaba a Jericó, había un ciego sentado al borde del camino pidiendo limosna. 36Al oír que pasaba gente, preguntaba qué era aquello; 37y le informaron: «Pasa Jesús el Nazareno». 38Entonces empezó a gritar: «¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!». 39Los que iban delante lo regañaban para que se callara, pero él gritaba más fuerte: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!». 40Jesús se paró y mandó que se lo trajeran. Cuando estuvo cerca, le preguntó: 41«¿Qué quieres que haga por ti?». Él dijo: «Señor, que recobre la vista». 42Jesús le dijo: «Recobra la vista, tu fe te ha salvado». 43Y enseguida recobró la vista y lo seguía, glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alabó a Dios.
Las citas bíblicas se basan en la traducción oficial de la Conferencia Episcopal Española.
Comprendiendo la palabra
1 Macabeos 1
muestra a un pueblo presionado para abandonar su fe. Algunos cedieron. Otros se mantuvieron fieles, aun con peligro de muerte.
A veces permanecer fiel te hace sentir aislado, pero tu fidelidad no pasa desapercibida para Dios.
El Salmo 119
expresa el dolor de ver a otros apartarse de lo que es justo, pero reafirma la importancia de seguir los caminos de Dios.
Todos conocemos ese sentimiento: ver a otros avanzar por atajos, mientras tú tratas de vivir con integridad.
Lucas 18:35–43
En el Evangelio, un hombre ciego se rehúsa a guardar silencio. Grita con urgencia: “¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!”
Otros lo mandan callar, pero él no se detiene. Y Jesús lo escucha.
¿Has sentido que tu oración molesta? ¿O que ya no vale la pena insistir? Este hombre nos enseña que la fe persistente abre camino donde no hay.
Reflexión al olivar
A veces nos cansamos de orar por lo mismo. Sentimos que nadie nos escucha, ni siquiera Dios.
Y, por otro lado, también nos cansamos de ser los que “siempre hacemos lo correcto” mientras otros parecen avanzar más rápido tomando atajos.
Es fácil sentirse aislado, o como si nuestra fe fuera inútil.
Pero la Palabra de hoy nos recuerda algo profundo:
Dios ve lo que el mundo no ve.
Ve tu fidelidad, tu esfuerzo de permanecer íntegro cuando nadie más parece estar mirando.
Escucha tu clamor, aunque el ruido del mundo intente ahogarlo.
Como ese hombre ciego, sigue llamando a Jesús.
Como los fieles en tiempos de los Macabeos, sigue obedeciendo aunque cueste.
Tu oración, y tu fidelidad, no pasan desapercibidas para Él.
Para reflexionar
– ¿Qué oración has dejado de hacer porque parecía no tener respuesta?
– ¿Qué podrías recuperar hoy de esa fe valiente que sigue llamando?
Un pensamiento final
Dios no te pide perfección, te pide perseverancia.
Si hoy te sientes cansado de orar o cansado de hacer lo correcto sin resultados visibles, no te desanimes.
Tu oración y tu fidelidad importan.
Jesús escucha, y su respuesta llega a su tiempo… nunca tarde, nunca indiferente.
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