El amor que no espera
Reflexión diaria inspirada en las lecturas del 31 de octubre 2025:
La misericordia que actúa
Entre los olivos, la brisa no espera la señal para moverse.
Así también el amor verdadero: no calcula, no pregunta, simplemente se entrega.
La misericordia de Dios y la libertad interior nos enseñan que el tiempo del amor siempre es ahora.
Susurros al olivar
“La misericordia nunca espera el momento perfecto, se mueve cuando el amor ve la necesidad.”
Las lecturas del 31 de octubre 2025:
Romanos 9:1-5
1Digo la verdad en Cristo, no miento —mi conciencia me atestigua que es así, en el Espíritu Santo—: 2siento una gran tristeza y un dolor incesante en mi corazón; 3pues desearía ser yo mismo un proscrito, alejado de Cristo, por el bien de mis hermanos, los de mi raza según la carne: 4ellos son israelitas y a ellos pertenecen el don de la filiación adoptiva, la gloria, las alianzas, el don de la ley, el culto y las promesas; 5suyos son los patriarcas y de ellos procede el Cristo, según la carne; el cual está por encima de todo, Dios bendito por los siglos. Amén.
Las citas bíblicas se basan en la traducción oficial de la Conferencia Episcopal Española.
Salmos 147:12-13, 14-15, 19-20
12 (1)Glorifica al Señor, Jerusalén; | alaba a tu Dios, Sión. 13 (2)Que ha reforzado los cerrojos de tus puertas, | y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;
14 (3)ha puesto paz en tus fronteras, | te sacia con flor de harina. 15 (4)Él envía su mensaje a la tierra, | y su palabra corre veloz;
19 (8)Anuncia su palabra a Jacob, | sus decretos y mandatos a Israel; 20 (9)con ninguna nación obró así, | ni les dio a conocer sus mandatos. ¡Aleluya!
Las citas bíblicas se basan en la traducción oficial de la Conferencia Episcopal Española.
Lucas 14:1–6
1Un sábado, entró él en casa de uno de los principales fariseos para comer y ellos lo estaban espiando. 2Había allí, delante de él, un hombre enfermo de hidropesía, 3y tomando la palabra, dijo a los maestros de la ley y a los fariseos: «¿Es lícito curar los sábados, o no?». 4Ellos se quedaron callados. Jesús, tocando al enfermo, lo curó y lo despidió. 5Y a ellos les dijo: «¿A quién de vosotros se le cae al pozo el asno o el buey y no lo saca enseguida en día de sábado?». 6Y no pudieron replicar a esto.
Las citas bíblicas se basan en la traducción oficial de la Conferencia Episcopal Española.
Comprendiendo la palabra
En la carta a los Romanos, Pablo expresa una tristeza profunda: su amor por su pueblo es tan grande que estaría dispuesto a perderlo todo si eso significara su salvación. Es el dolor del amor intercesor, que sufre y ora por los demás.
El Salmo 147 proclama la fidelidad de Dios que bendice, alimenta y fortalece. Su Palabra es rápida, viva, capaz de renovar lo que parecía estéril.
En el Evangelio, Jesús sana a un hombre en sábado. Mientras otros callan, Él actúa. No porque desprecie la ley, sino porque la misericordia es la ley más alta del corazón de Dios.
Las tres lecturas convergen en un mensaje luminoso: el amor no espera la ocasión perfecta para amar; cuando ve el dolor, se mueve con ternura y decisión.

Reflexión al olivar
En el olivar, cuando una rama se quiebra, el campesino no espera al día siguiente: la ata, la cuida, la salva en el momento.
Así es la misericordia divina: inmediata, cercana, concreta.
Dios no ama desde lejos.
Su compasión no observa, actúa.
Y cuando esa misma compasión habita en nosotros, también aprendemos a movernos con prontitud hacia el bien, a consolar sin demora, a perdonar sin miedo, a ayudar sin aplazar.
El amor que no espera es el que más sana, porque lleva en sí el pulso mismo de Dios.

Para reflexionar
– ¿Me detengo demasiado tiempo pensando si debo actuar, cuando alguien necesita mi ayuda o mi ternura?
– ¿Permito que el amor de Dios en mí se convierta en movimiento, o lo dejo quieto en palabras y promesas?
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Un pensamiento final
El amor de Dios no llega tarde.
Siempre encuentra el instante exacto para sanar.
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