Susurros al olivar – Levantada por la misericordia

Levantada por la misericordia

Reflexión diaria inspirada en las lecturas del 27 de octubre 2025:

Misericordia de Dios y libertad interior

En el silencio del olivar, descubro cada día la misericordia de Dios y la libertad interior que brota de Su gracia.
Hay heridas que el tiempo no sana y temores que encorvan el alma, pero el amor divino las toca con ternura y vuelve a levantarlas hacia la luz.

Las lecturas del 27 de octubre 2025:

Romanos 8:12-17

12Así pues, hermanos, somos deudores, pero no de la carne para vivir según la carne. 13Pues si vivís según la carne, moriréis; pero si con el Espíritu dais muerte a las obras del cuerpo, viviréis. 14Cuantos se dejan llevar por el Espíritu de Dios, esos son hijos de Dios. 15Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino que habéis recibido un Espíritu de hijos de adopción, en el que clamamos: «¡Abba, Padre!». 16Ese mismo Espíritu da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios; 17y, si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo; de modo que, si sufrimos con él, seremos también glorificados con él.

Las citas bíblicas se basan en la traducción oficial de la Conferencia Episcopal Española.

Salmos 68:2 y 4, 6-7ab, 20-21

21Nuestro Dios es un Dios que salva

2Se levanta Dios, y se dispersan sus enemigos, | huyen de su presencia los que lo odian

En cambio, los justos se alegran, | gozan en la presencia de Dios, | rebosando de alegría.

21Nuestro Dios es un Dios que salva

6Padre de huérfanos, protector de viudas, | Dios vive en su santa morada. 7Dios prepara casa a los desvalidos, | libera a los cautivos y los enriquece

21Nuestro Dios es un Dios que salva

20Bendito el Señor cada día, (Pausa) | Dios lleva nuestras cargas, es nuestra salvación. 21Nuestro Dios es un Dios que salva, | el Señor Dios nos hace escapar de la muerte.

21Nuestro Dios es un Dios que salva

Las citas bíblicas se basan en la traducción oficial de la Conferencia Episcopal Española.

2 Timoteo 4:6–8, 16–18

6Pues yo estoy a punto de ser derramado en libación y el momento de mi partida es inminente. 7He combatido el noble combate, he acabado la carrera, he conservado la fe. 8Por lo demás, me está reservada la corona de la justicia, que el Señor, juez justo, me dará en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que hayan aguardado con amor su manifestación.

16En mi primera defensa, nadie estuvo a mi lado, sino que todos me abandonaron. ¡No les sea tenido en cuenta! 17Mas el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para que, a través de mí, se proclamara plenamente el mensaje y lo oyeran todas las naciones. Y fui librado de la boca del león. 18El Señor me librará de toda obra mala y me salvará llevándome a su reino celestial. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Las citas bíblicas se basan en la traducción oficial de la Conferencia Episcopal Española.

Juan 17:17

17Santifícalos en la verdad: tu palabra es verdad.

Las citas bíblicas se basan en la traducción oficial de la Conferencia Episcopal Española.

Lucas 13:10–17

10Un sábado, enseñaba Jesús en una sinagoga. 11Había una mujer que desde hacía dieciocho años estaba enferma por causa de un espíritu, y estaba encorvada, sin poderse enderezar de ningún modo. 12Al verla, Jesús la llamó y le dijo: «Mujer, quedas libre de tu enfermedad». 13Le impuso las manos, y enseguida se puso derecha. Y glorificaba a Dios. 14Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, se puso a decir a la gente: «Hay seis días para trabajar; venid, pues, a que os curen en esos días y no en sábado». 15Pero el Señor le respondió y dijo: «Hipócritas: cualquiera de vosotros, ¿no desata en sábado su buey o su burro del pesebre, y los lleva a abrevar? 16Y a esta, que es hija de Abrahán, y que Satanás ha tenido atada dieciocho años, ¿no era necesario soltarla de tal ligadura en día de sábado?». 17Al decir estas palabras, sus enemigos quedaron abochornados, y toda la gente se alegraba por todas las maravillas que hacía. 


Comprendiendo la palabra

En la carta a los Romanos, Pablo nos recuerda que ya no somos esclavos del miedo, sino hijos de Dios. Por el Espíritu, podemos llamar al Creador “Abbá, Padre.” No somos siervos temerosos, sino herederos del amor que libera.

El Salmo 68 alaba a un Dios que defiende a los débiles, que da hogar al huérfano y libertad al cautivo. Es una canción de esperanza: el Señor levanta lo que la vida había derribado.

El Aleluya, tomado del evangelio de Juan, nos recuerda que la verdad de Dios nos consagra: Su Palabra ilumina, purifica y libera.

Y en el Evangelio, Jesús sana a una mujer encorvada desde hacía dieciocho años. Mientras otros critican su gesto por ser día de descanso, Él responde que no hay sábado sin misericordia, porque liberar a quien sufre es siempre un acto sagrado.

Todas las lecturas se entrelazan en un mismo mensaje:

Dios no solo perdona, también endereza.
Su misericordia nos devuelve la dignidad de quienes caminan erguidos, libres y amados.


Reflexión al olivar

En el olivar, algunas ramas crecen torcidas por el peso o el viento. El campesino no las corta de inmediato: las sostiene con cuidado, las ata suavemente, y con el tiempo, vuelven a enderezarse hacia la luz.

Así obra Dios en nosotros.
Donde el miedo nos dobló, Su gracia nos endereza.
Donde la culpa nos paralizó, Su Espíritu nos enseña a respirar otra vez.
La misericordia no humilla, levanta; no castiga, cura; no exige, acompaña.

A veces basta un toque, una palabra, una mirada de ternura divina para que el alma se ponga de pie.

Para reflexionar

– ¿Qué parte de mi vida necesita hoy ser enderezada por la misericordia?


– ¿Estoy permitiendo que el Espíritu me levante de mis miedos y me enseñe a caminar libre?

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Un pensamiento final

La libertad no siempre llega de un salto, a veces comienza con un suspiro que se atreve a ponerse en pie.

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